El amor, el amor...

Tal vez, en algún momento de nuestras vida, nos hemos topado con unos ojos cautivadores. Nos hemos llevado ese recuerdo y sin querer, lo hemos conservado en nuestra memoria, de forma tal que no podemos arrancarlo de la mente. En la Rima XIV de Gustavo A. Bécquer, la voz poética expresa su sentir ante los ojos que vio y sigue viendo en su imaginación. Leámos...

Por otro lado, el amor puede causar desilusiones, frustraciones, desamor e incluso rupturas. Si queremos amar y ser correspondidos, debemos ser como flor fragante en primavera. De lo contrario, seremos aves que surcan el cielo y siguen su vuelo sin rumbo fijo. Veamos la Rima XLI de Bécquer.

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